Una cortina de luces, como vestigio decorativo que han comenzado las noches de verano.
Aquí, por la gran ciudad hay cierta paz en el circular de los vehículos.
Aunque, cómo es de acostumbrar, nadie duerme.
Luego de lidiar con la exigencias que nos proponen las bajas temperaturas y, una pseudo lesión apenas coherente del manguito rotador, tuve que retomar viejas pistas.
Salones versus tendú. Ocho atrás. Un personaje.
Según un extraño que se acercó a hablarme, me había convertido en esa versión de S para tomar divertida la idea de volver a sociabilizar.
Ella es una de mis actrices favoritas.
Da la casualidad que, nuestro nacimiento data la misma fecha…treinta y un años después. Pero no, no me siento tan joven.
La edad quizá solo sea el número de veces en el que pensamos si habrá algo más para nosotros.
Una ambición del tiempo.
Estoy por desfallecer en la cama como todos los días.
Mis recuerdos me llevan al mediodía francés que tuvimos hoy. Tras una puerta de rejas negras con bonitas peonias rosadas asomando en sus maseteros.
El café au lait, está servido en varias mesas. Aún con tanta cafeína rodeandome, las luces se apagan en un par de parpadeos.
Bonne nuit mon chéri.
Au revoir.

Una estampa urbana, porteña y somnolienta!! Texte magnifique!!
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Me pregunto…Quién será el artista?
Felicitaciones monsieur, sus imágenes inspiran.
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Tu bohemia casual me hace espiar por tus lados pero necesito pistas, cuál lugar, porque tus palabras me llevan, hasta siento los sonidos y la brisa, intuyo olores humanos de pieles que cambian de temperatura y huele a café o algo cálido.
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Un lugar tenue, donde confluyen sensaciones que alumbran la noche. Gracias por tus letras…
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