Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar

Compadecientes

El momento cero de los padecientes, es aquel de sueños cortados por emociones más fuertes que la volatilidad del día.
Más cerca de lo que se asemeja la vida a perpetuar una falsa entropía negativa
Más útil desde la fertilidad reflexiva que el anonimato cincurscripto en la razón de actuar inherte.
Descanso letargo tedioso, impoluto de irrupciones.
De carteles brillantes y estruendos nítidos, de gritos corales, deja vús apabullantes. Perder tiempo, pensando qué tiempo poseer dentro del tiempo, o no perderlo y Ser con el tiempo.
Al fin de éste solo hay fe, o no hay nada. ¿Por qué no velar por algunas nuevas esperanzas, brillando en lo vidrioso de otros ojos que buscan ver la verdad?
Yo te creo. Aún me condenen por sincericidio falsificado en el crepúsculo de la vehemencia, pero es irremediablemente sutil y patético…
Creernos alcanzar improntas como trofeos de alces decapitados, crucifijos elevados, cánticos opulentos de celebridad, solo priman en vanidad enardecida, inaceptablemente sociopático, triste fracaso de fin espiritual. ¿Qué podemos esperar si no es de la comprensión momentánea y su estela perfumada de raíz?
Quizás en algún punto neurálgico, haya sinónimos de prudencia para explicar algunas jaquecas existenciales. Quizás padecer y pertenecer fueron parientes cercanos, de alguna aurora intransigente. Y sin negar la tradición que sobrecae en sí mismos, la no pertenencia es parte, en cierto modo padeciente, de pertenecer.

Dejar un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: