Despotismo educativo: «Un poema para el descargo.»

Cómo enfatizar con descaro, lo que no ha sido claro. Lo que por mal concierne, no ha tomado paro. Y por consiguiente, victimarios danzando en el podio despiadado. El sacrificio para nada escueto, el sudor en el hombro alado. Sin vuelos ni fuelles, apenas a un costado. Escueto atisbo, de posibilidad intermitente. Deseo de gobierno amenazado y sepultado. De similitudes y renuncias, de polinomios y fracasos. Nosotros, vosotros enterrados y, ellos germinados. Pretóricos y pretéritos, casi hitos del odio. Pues, escasean mariposas y, el aire purificado. En las calles que pierden sinapsis, gloria eterna. Y los vasallos encriptados, fértiles y desterrados.

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