Sin aliento

El rocío de esta mañana adormece mis párpados; no precede incomodidad ninguna. El despabilo no ha sido bienvenido aún. En este incontexto entre paréntesis que pasean mis extremos, acompasando al cuerpo, puedo sencillamente descansar. Descanso de tantas preguntas y tantas respuestas que inician saludando y se duermen en el desvelo. Cuando ya ni coordinación ni coherencia son parte de ese estado. Ni de ningún estado. Pues, la tensión de suspensión, las fuerzas de roce y gravedad, así mencionan el porvenir y lo sucedido, cómo también el viaje certero entre la duda y la búsqueda de su posibilidad como respuesta. No me contento con el simple deseo de reaccionar, no es necesario. No es premeditado. Las respuestas no van a estar ahora. Las respuestas no van a estar donde las dejé, en la mesita de luz. El camino en este trance se ha pasado volando.

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